viernes, 26 de septiembre de 2008

A mi querida vecina:


Estimada vecina,


¿se acuerda usted de aquella tarde, sobre las siete y algo, que me dijo que iba a comprarse una trompeta para "atronarnos" a todos? No se preocupe, ya lo hago yo.


He encargado una corneta muda renacentista. Me la traen de Basilea y, pese a llamarse muda, suena tanto que ahora sí que va a saber lo que es la música antigua de verdad. Lo mejor de todo es que es de madera y suena muy dulce... lo peor de todo es que no tengo ni idea de tocarla y va a ser testigo de mis primeros pasos... ¿no es emocionante?.


Ya sé que no cabe en su gozo, no hace falta que se disloque de la alegría. Pronto oirá y disfrutará la dulzura de mis pulmones y se sorprenderá del control de mi diafragma cuando empiece a hacer notas tenidas durante horas.


Igual, algún día, llego a tocar el Austria Felice sin desafinar ni una sola nota. Eso es cuestión de ensayo, como comprenderá dentro de poco.


Sin más... aquí dejo la web del constructor y las cornetitas bonitas.

1 comentario:

casa abuela raimunda dijo...

Eso si que es humor inteligente, mi niña....

No puedo parar de reir.

Solo te falta que lo imprimas y se lo heches por debajo de la puerta, con una partitura, por si quiere seguir tus adelantos.