martes, 15 de diciembre de 2009

Danzamaratón 2009 en Cáceres



El escenario del Gran Teatro acogerá mañana seis horas ininterrumpidas de danza, las que unos 200 bailarines ofrecerán en las 37 actuaciones que incluirá la octava edición de la Danzamaratón de Extremadura.


Lo anunció ayer en rueda de prensa su director y profesor de la Universidad de Extremadura, Pablo Molero, quien destacó que se trata esta de una actividad de "carácter participativo" y con dos objetivo claros: "formativo y de sensibilización hacia la danza".


En este VIII Danzamaratón de Extremadura, que se iniciará a las cinco de la tarde y su entrada es abierta y gratuita, tienen cabida todas las propuestas y nuevas tendencias de movimientos, convirtiéndose en "el escaparate perfecto para que grupos de danza de diversa procedencia y diferentes estilos muestren al público extremeño su trabajo". Con ello, el evento "permite que el público tenga una visión panorámica de la danza en Extremadura".

Aunque como se ha indicado en él tienen cabida grupos de danza de toda España, su director reconoció que la mayoría de los participantes "son alumnos de la Universidad de Extremadura", y sobre las coreografías que se presentan adelantó que algunas de las seleccionadas "reflejan problemas sociales de la actualidad".



La presente edición, se concluyó, está organizada por la Asociación Cultural Aula de Danza Extremadura, el Consorcio Gran Teatro de Cáceres y la plataforma de gestión Codex. Está patrocinada por el Instituto Municipal de la Juventud de Cáceres y la Universidad de Extremadura a través del Vicerrectorado de Extensión Universitaria, y cuenta además con la colaboración de la Facultad de Ciencias del Deporte.





martes, 8 de diciembre de 2009

Stradivari: el secreto de un barniz.

 Sección microscópica del barniz de un Stradivarius Provigny de 1716 (la madera está en la parte inferior).- ANGEWANDTE CHEMIE

La marca de un genio está en el barniz de los violines Stradivarius, los que construyó Antonio Stradivari en Cremona (Italia) desde 1665 hasta 1737. Los científicos que han hecho un análisis del legendario barniz que ha fascinado a músicos y lutieres, a historiadores y químicos, desde hace dos siglos, han encontrado que no existe ningún ingrediente secreto o misterioso. Los materiales que utilizó Stradivari eran los normales en las artes decorativas y los cuadros del siglo XVIII, según explican en la revista Angewandte Chemie.


El equipo formado por el especialista en instrumentos musicales Jean-Philippe Echard y el físico Loic Bertrand examinó cinco violines Stradivarius de distintos modelos que llevan al menos un siglo en la colección del Museo de la Música de París. Los investigadores tomaron pequeñas muestras, cada una de ellas de la madera y el barniz que la cubre, y las sometieron a exámenes espectroscópicos y microscópicos.


"Aunque los cinco instrumentos fueron producidos a lo largo de tres décadas, los barnices eran muy similares", explica Erchard. "Stradivari aplicaba primero una capa de un aceite similar a los utilizados por los pintores de la misma época, sin rellenos ni pigmentos para sellar la madera. No encontramos una capa rica en minerales, como sugieren algunos estudios anteriores. Luego aplicaba una capa de aceite y resina tintados. No hemos encontrado nada que sugiera la utilización de materiales proteicos, gomas o resinas fósiles".

En uno de los modelos no encontraron pigmentos de en la capa externa, mientras que en otro confirmaron el hallazgo anterior de pigmentos rojos. El trabajo de investigación fue muy complejo técnicamente y hubo que utilizar un elevado número de técnicas distintas.

La conclusión es que Stradivari utilizó materiales que se podían obtener fácilmente. El uso de varios pigmentos rojos diferentes le permitió dar diversos tintes a los instrumentos, que siguen manteniendo un bello aspecto.

(EL PAIS.COM)

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